Javier García Alegría, internista, presidente de FACME La entrevista de Proust “Lo que más valoro es la capacidad de esfuerzo” Javier García Alegría nació en Cuenca, algo que sin duda ha influido en su devoción por la naturaleza y en su gusto por unas “buenas migas manchegas”. También en su pasión por el arte abstracto. La Medicina le vino de familia –padre, tío, hermano, prima– pero confiesa que la Medicina Interna fue un impulso. Ejerció de médico rural, preparó el MIR por las tardes y durante los fines de semana e hizo su residencia en La Paz con el Prof. D. Julio Ortiz Vázquez. Allí le transmitieron la necesidad de estudiar permanentemente y los valores propios de la especialidad, “que requiere una aproximación sistemática y holística a los pacientes”. Trabajó en los hospitales de Elda (Alicante), y en Pozoblanco y Reina Sofía (Córdoba). Desde 1994 es jefe de servicio de Medicina Interna del Hospital Universitario Costa del Sol de Marbella (Málaga), un proyecto sanitario pionero e innovador que no se ha extendido, lo que considera poco entendible. En Andalucía, su tierra de adopción, descubrió entre otras cosas, “la importancia de la felicidad como un proyecto propio y compartido, un cierto hedonismo y el mar”. Ha sido presidente de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) (2010-2012), impulsor y coordinador del proyecto “No Hacer” en el Sistema Nacional de Salud, “Compromiso por la Calidad de las Sociedades Científicas” con el Ministerio de Sanidad, y actualmente preside la Federación de Asociaciones Científico-Médicas de España (FACME). Defiende con ardor la importancia de las Sociedades Científicas para la colectividad. Se considera afortunado por haber ejercido la Medicina y por haber sido testigo y protagonista de la transformación sanitaria de nuestro país, que asegura “actualmente necesita una renovación”. Echa de menos los tiempos “en los que teníamos mayor influencia”. Cree que le debe mucho tiempo a su familia y está muy orgulloso de haber escrito durante años un libro de Pintura y Medicina, que está actualmente en la imprenta, y trabaja en otro acerca de la historia familiar paterna desde mediados del siglo XIX. Originarios de Salvacañete, un pequeño pueblo de la sierra conquense, su padre fue discípulo del Dr. Carlos Jiménez Díaz... El peor momento de su vida fue su ingreso por una bronconeumonía COVID. En aquellos amargos días, pensaba que había sido agraciado en la lotería de la vida. Hoy sigue pensando lo mismo con mayor razón Estas fueron sus respuestas a Madrid Médico: