La vacunación no ha estado exenta de problemas. Falta de dosis, cambios de protocolo a medida que aparecían nuevas variantes y falta de comprensión de algunas personas porque no se les ponía la vacuna que ellos querían. El personal médico voluntario del ICOMEM ha tenido que hacer una importante labor pedagógica con todos aquellos que mostraban su inseguridad, desconcierto o preocupación por la vacunación. Momentos inolvidables Sin embargo, se quedan con los momentos inolvidables y con el agradecimiento de las personas que están pasando por el colegio. “Nos han enviado flores, nos traen bombones, pastas, frutos secos, dátiles, todo tipo de tentempiés. Hubo también quien llegó con un cargamento para la merienda de una semana y otra con un bolsón de alimentos marroquíes que habían hecho ellos mismos. Es muy bonito vivir este momento en el que sabemos y somos muy conscientes de que estamos ayudando a salvar a la población de esta terrible pandemia”, afirma Rosa a quien estos agasajos le recuerdan los que recibían los médicos rurales de antaño. “Hemos engordado algún kilo”, reconoce. Especial #ICOMEMvacuna