En román paladino Vivir de cerca la impresionante labor que está realizan-do el colectivo médico para salvar a los ciudadanos de una pandemia histórica es todo un privilegio. Doy fe del ingente esfuerzo que les está suponiendo, de que no escatiman horas ni recursos y de que su única ambición es vacunarnos a todos para poner fin al COVID-19. De ahí que este número de Madrid Médico pretenda ser un fiel retrato de la gesta llevada a cabo por médicas y médicos voluntarios y por todo el personal del ICOMEM, liderado por la Dra. María Cordón y el Dr. José Antonio Valero en la campaña #ICOMEMvacuna. Superar la inoculación de 40.000 dosis a la población madrileña mediante un dispositivo establecido a contra-rreloj y sin descanso, como relata la Dra. Cordón en su tribuna, es todo un hito en la historia del Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Madrid. Un dispositivo que, en pa-labras del Dr. Valero, ha evitado enfermedades graves y muertes por COVID y ha contribuido de forma extraor-dinaria a la vacunación del personal médico y sanitario de ejercicio libre, olvidado por los planes de vacunación oficiales, en colaboración con ACESIMA, pero también de la población juvenil especialmente azotada por esta quinta ola. Es un hito que ha sido posible gracias a la es-trecha colaboración con las autoridades sanitarias de la Comunidad de Madrid, a petición del propio ICOMEM. Muchos no saben que la clave de bóveda de este dis-positivo está formada por centenares de médicos vo-luntarios, en activo o jubilados, que acuden a trabajar de manera altruista para ayudar a sus compañeros y a la sociedad civil. Este número es un homenaje a todos ellos y también a todo el personal que ha participado en la campaña. La especial pericia de las enfermeras y los viales utilizados han conseguido extraer un 20 % más de dosis. Las crisis son siempre una oportunidad. Los voluntarios no son solo médicos. También sus hijos y los hijos del personal del ICOMEM han querido arri-mar el hombro y una veintena de jóvenes universitarios colaboran en la campaña. El insigne colegiado del ICOMEM, Gregorio Marañón, señalaba con su habitual clarividencia y altura intelec-tual, que aunque la verdad de los hechos resplandezca, siempre se batirán los hombres en la trinchera sutil de las interpretaciones. Vacunarse, a pesar de los nega-cionistas, es la solución y el ICOMEM, con la ejemplar y desinteresada actitud de los voluntarios ha cruzado el Rubicón con esta gran campaña. • Isabel DuránDirectora de Madrid Médico