Carta del Presidente Un, dos, tres Al leer estos tres números sucesivos, para los de mi ge-neración, es imposible no recordar el programa que Chi-cho Ibáñez Serrador convirtió en todo un acontecimien-to semanal desde el año 1972. Pero los premios de los que voy a hablar no son ni el “Coche” ni de “Ruperta” si no la Especialidad. Nuestros concursantes son amigos y residentes en… Madrid. Hemos vuelto a hacer triplete en la adjudicación de plazas MIR. Como el año pasado, los tres aspirantes con mejor número de orden han ele-gido hospitales de nuestra región, en concreto el Clínico de San Carlos, La Paz y el Gregorio Marañón. También sucedió así el año 2020 y también con tres centros dis-tintos (Gregorio Marañón, La Paz y Doce de Octubre). Es un dato que me parece muy interesante, más aún si tenemos en cuenta que dos de los tres nuevos residen-tes vienen de otras comunidades autónomas. Además, no es un dato aislado. En el último Monitor de Reputa-ción Sanitaria Madrid también tuvo el hospital público con mejor reputación (La Paz) y el mejor en el abordaje clínico de la pandemia (Gregorio Marañón). El Índice de Excelencia Hospitalaria lo encabezó la Fundación Jimé-nez Díaz. No se trata de sacar pecho ni de dormirse en los laureles, pero creo que reconocer la excelencia de nuestros centros también es un estímulo para seguir mejorando. El hecho de que la crème de la crème de los médicos que salen de nuestras facultades elijan Madrid como destino para completar su formación especializa-da ya ni siquiera es noticia. Probablemente ese sea el mejor indicador de que nuestra formación, asistencia e investigación van por buen camino. Queda mucho por hacer y tenemos problemas muy se-rios, pero las críticas frecuentes − incluso las legítimas y constructivas − a veces nos hacen perder la perspecti-va y dejamos de ver el bosque. Abogo por que seamos optimistas e intentemos ver el lado bueno de nuestro sistema de salud, por muy negativas que puedan pa-recer algunas cosas. Eso sí, necesitamos un optimismo inteligente, no negar los problemas sino reconocerlos, analizar sus causas e intentar solucionarlos. Desde el Colegio seguimos poniendo nuestro granito de arena en esa dirección. Ojalá los futuros números 1 del MIR digan, como Daniel Gómez, “Tenía claro que quería irme a Madrid. Vi algu-nos hospitales y estuve hablando con bastante gente. Todos me gustaron mucho”. Por último, me vais a per-mitir decir que los tres mejores residentes de España, además de elegir Madrid, han elegido la misma especia-lidad. Y hasta aquí puedo leer… ¡Campaaana y se acabó! • Manuel Martínez-Sellés