Seguir leyendo Yo soy la muy noble y leal ciudad de Guadix En el centro de la provincia de Granada, esta localidad levanta con orgullo su pasado histórico, su legado arquitectónico y la bella naturaleza que le rodea. Guadix, la llamada Musa de las Civilizaciones, merece una visita que será siempre recordada. club+renfe para GUADIX La localidad granadina de Guadix esconde tesoros patrimoniales como su catedral (arriba), pero también naturales, como sus badlands, que se pueden ver en sus alrededores. Querido viajero, de mí se dice que soy pasado, presente y, por supuesto, también futuro. También que soy milenaria, pues por mi tierra han pasado civilizaciones antiguas venidas de todos los rincones de la tierra, atraídas por mi singular belleza y coronada siempre por el manto blanco de Sierra Nevada, además de ser cruce de caminos de norte a sur y de este a oeste. Me dicen que soy una maravilla escondida en el centro de la provincia de Granada, la gran desconocida en la Hoya de Guadix-Baza, y que lo tengo todo: bello desierto, verde vega, blanca nieve, clara agua, ocre tierra... Por todo ello, no es de extrañar que, en el siglo II, fuese elegida por los romanos para levantar su imperio y albergar a sus legiones, fundándome entonces como la Colonia Julia Gemella Acci. No en vano, fui conocida como la “despensa de los emperadores”. Mi fértil vega, salpicada de agua, árboles frutales y hortalizas, viñedos y manjares exquisitos hicieron de mí una tierra rica y atractiva. Además, dicen que fui cuna del cristianismo, pues aquí se fundó la primera Diócesis Cristiana de la Europa Occidental, teniendo como patrón y primer obispo a San Torcuato, uno de los siete varones apostólicos enviados por Roma para que cristianizara hasta los confines de la tierra. Pasado árabe y cristiano Mi singular belleza llegó hasta el pueblo árabe, que se asentó en mi falda, allá por el siglo VIII, renombrándome de nuevo como Wadi-Ash, “río de la vida”. Construyeron un majestuoso castillo como es mi Alcazaba, que aún conserva parte de la muralla árabe y que con tanto recelo resguardaba una medina llena de vida, de zocos, de fuentes, mezquitas y palacetes y así habitaron en mí casi 800 años. Enamorados de mi belleza, de mis colores, ideando serpenteantes calles que dan lugar a gran parte del Guadix que soy hoy. En el siglo XV, los Reyes Católicos y su séquito también vieron en mí esa belleza que todas las civilizaciones buscaban. Familias nobles, aristócratas, pensadores y artistas fueron llenando mis calles de riqueza y casas nobiliarias, y fueron reconstruyéndome cual puzzle se tratara. Fundaron, además de la Catedral, hasta más de 14 iglesias y órdenes religiosas, plazas y barrios que me dieron el aspecto que hoy día, tú viajero, puedes contemplar. Ven, acompáñame, atrévete a respirar mi vida, que es también la tuya. Descúbreme e imprégnate de mi belleza, esta belleza que un día inspiró a grandes y pequeños, a artistas y a artesanos, a nobles y a reyes. Y continúa viajero escribiendo mi historia, mi futuro, y que sepan que yo soy Guadix, la ciudad Mitrada y Musa de las Civilizaciones. Guadix enamora, déjate seducir por su magia.