Según el Índice de Desempeño (CPPI) del Banco Mundial, el transporte marítimo ya supera el 80% del total. Si sigue aumentando, hablar del Planeta Mar será más que un recurso narrativo. Un ejemplo: los 36 mayores buques del mun- do cargan cada uno 24.000 TEU (la medida están- dar de contenedor) y se prevé que lleguen a doblar esa capacidad. Puestos en fila los de un solo navío, alcanzarían 290 kilómetros. “No sabemos si el lími- te estará en la construcción naval, la propulsión, la logística o las dimensiones de los puertos”, avanza Alberto Camarero, director del máster en Negocio Marítimo Portuario e Innovación de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM). Pero la importancia de los puertos para las rutas logísticas va más allá del volumen. Resulta además cualitativa, porque la economía de escala es la gran ventaja del transporte marítimo sobre otros modos. Ni el transporte por carretera, ni el ferroviario, ni mucho menos el aéreo pueden aumentar en esa pro- porción para una economía creciente y con nuevos actores —por ejemplo, los BRICS—. “Esto repercute en los costes de transporte, y por tanto en la compe- titividad del marítimo frente a otras opciones”, expli- ca Alfonso Capote, responsable de Obras Marítimas en ACCIONA. Los puertos no solo gestionan millones de contenedores repletos de manufacturas, también materias primas como minerales o hidrocarburos imposibles de transportar por otra vía. La salida al mar es vital para participar de la red