EL PLANETA ASIA Estos territorios de frontera, mecanizados, digitalizados, también tienden a cuidar su vecindad urbana. Se presta mucha atención a las relaciones puerto-ciudad —añade Alfonso Capote— “con la inversión en paseos y zonas rápidamente colonizados por actividades comer- ciales, de ocio y restauración”. Con su tendencia natural a expandirse hacia el exterior, “generan nuevas áreas ganadas al mar y liberan las más cercanas a la ciudad para el crecimiento urbano”. Si la economía flota sobre las cadenas de suministro, entonces crece su influencia geopolítica. Hay un planeta lleno de pruebas: por ejemplo, que China invierta en puertos de todo el mundo, o que siem- bre terminales por África Occidental para potenciar rutas que bordean el cabo de Buena Esperanza como alternativas al Canal de Suez. la influencia del clima El cambio climático también actúa como una superpotencia. Como explica Capote, el retroceso del casquete polar ártico propicia “nuevas rutas comerciales que acortan la distancia entre China y Europa, el rápi- do acceso al mar del Norte y al Atlántico desde Rusia, y la futura compe- tencia por los recursos naturales del Ártico, cuya explotación necesitará Los 7.000 puertos del mundo gestionan cada año el tránsito de más de 381 millones de contenedores EL PLANETA ASIA Para Alberto Camarero, director del máster en Negocio Ma-rítimo Portuario e Innovación de la UPM, entre las tendencias del sector destacan una nueva distribución logística con ma-yor capilaridad, hubs globales capaces de recibir gigantescos volúmenes de carga, y regionales encargados de distribuir en áreas más pequeñas. También vaticina un mayor dominio asiático. “Desde hace 10 o 15 años, EE. UU. se ha ido olvidan-do de Europa y ha ido apostando por el Indo-Pacífico. Ahora, con Trump, lo hace aún más”. Según el CPPI del Banco Mun-dial, que clasifica 405 puertos de contenedores por su efi-ciencia, los del Asia Oriental y Sudoriental ocupan 13 de los 20 primeros puestos. Camarero tiene en su aula un mapa del mundo centrado en España, no por etnocentrismo sino por-que la cruza el meridiano de Greenwich. “Ese centro se ha trasladado a Malaka, entre Malasia y Sumatra, y a ese Pacífico que ahora se rifan estadounidenses y chinos”.