Las dos posturas Y es entendible la postura de unos y otros. Por un lado, si los permisos son por daños y/o por emergencia cinegética, lo suyo es actuar de forma responsable con el campo, con la autorización de caza y con el agricultor que sufre los daños, y bus-car una actuación efectiva y constante. Y, por el otro lado, están los que, pagando abul-tadas cantidades de dinero, defienden que están en su derecho a hacer uso del permiso para tratar de abatir un animal singular que tenga trofeo, o, al menos, deje un buen recuerdo. Esta postura no implica que abatan alguna hembra o macho juve-nil, pero su objetivo es otro. Y es que el debate es muy interesante. En el pri-mer caso se trata de gestionar la población de una especie de la manera más efectiva que es la caza. Es decir, la caza de gestión. El segundo grupo, sin embargo, expone el argu-mento económico y esgrime que está pagando por cazar, no le están pagando a él por gestionar. Y lo cierto en este segundo argumento es que uno paga por practicar y disfrutar de la caza, y la ges-tión, aunque a veces se cobre, suele tener unos precios más ajustados. Además, se une a la época del año y, por tanto, que en estos meses sólo se puede cazar en rececho a animales mucho más caros y menos accesibles y, por tanto, los hay que se aprovechan y buscar rentabilizar al máximo sus derechos sobre la tierra. Aunque en el caso de una emergencia cinegética o en el caso de daños, ¿es un derecho o es un deber? Valga el ejemplo de Inglaterra en este sentido, que pagan a los cazadores por abatir conejos en zonas superpobladas o, incluso, cuervos o palomas. O el reciente ejemplo de Italia en el que, ante la inca-pacidad de reducir la población de jabalíes a través de la caza, iban a encargárselo al ejército. Mi reflexión es que la gestión es absolutamente necesaria, pero el aprovechamiento económico exagerado de una emergencia o de una situación de daños (que alguien indemnizará) debería tra-tarse con máxima responsabilidad. Llevando la situación al límite, ¿es responsable no abatir hembras o crías en base a que pagamos por cazar? Y si esta superpoblación provoca un acci-dente mortal, quién le explica a la familia del ac-cidentado que «como yo pago mucho, no hago gestión» o, aún mejor, «es cierto que es una zona de emergencia, pero yo me aprovecho econó-micamente y, luego, el cazador que haga lo que quiera». En la mesa está el debate… «La gestión es necesaria, pero el aprovechamiento económico exagerado de una emergencia o de una situación de daños (que alguien indemnizará) debería tratarse con máxima responsabilidad»