42 Madrid Médico • Nº149. Especial Cuida2 ciación Médica Mundial, fue Vicepresidente del Comité Permanente de Médicos Europeos, Miembro del Comité Internacional de Bioética de la UNESCO, fue llamado y pro-nunció varios centenares de conferencias distribuidas por los cinco continentes, además de numerosos artículos en revistas científicas. La luz de sus aportaciones a la ética médica era, y es, espe-cialmente clara y diáfana, sin dejarse llevar por polémicas y discusiones de escuelas partidistas. En la exposición de to-dos los temas conjugaba la profundidad científica con una explicación llamativamente atrayente, lo que hacía captar la atención de forma poderosa. Al final de su vida, tampoco quiso concederse descanso en seguir aportando su esfuerzo de vigor científico y cla-ridad a la medicina a través de la ética médica. Así, por ejemplo, sus últimos libros: “El Embrión Ficticio. Historia de un mito biológico”, y junto a otros autores, “Leyendo entre Líneas. Una historia de la contracepción”, son dos auténticas joyas. Internacionalmente inéditas en sus cam-pos, hablan fielmente de las cualidades profesionales del Prof. Herranz: profundidad científica, preciso rigor y dis-cernimiento de cuáles son los reales problemas de fondo, junto a dotes excepcionales en la claridad de la exposición. Si, como dijimos al principio, a los premios Nobel se les reconoce sus aportaciones particulares en campos especí-ficos y concretos que son un avance en la Medicina, qué no decir de los trabajos del Prof. Herranz que, como precur-sor, ha dotado de vitalidad a todo el quehacer médico des-de sus inéditas investigaciones y aportaciones magistrales. Los que lo conocimos de cerca, comprobamos que sus en-señanzas se conjugaban con una extraordinaria persona-lidad que, en su sencillez, manifestaba gran capacidad de hacer amigos, de querer y hacerse querer. • Gonzalo Herranz falleció el 20 de mayo Los premios Nobel obtienen su galardón en Medicina por dar luz y descubrir un campo de investigación que supone un progreso en el conocimiento científico dentro de algún campo específico y concreto de la ciencia médica y de sus posibilidades de tratamiento. Pienso que el reconocimiento a la labor del Profesor He-rranz dentro de la Medicina va mucho más haya de sólo abrir campos concretos y novedosos que hagan avanzar a la ciencia médica. Considero que en el Prof. Herranz era evidente que su mi-rada estaba de natural creada para abrir, otear y vislum-brar amplios horizontes. En la Medicina, ya lo demostró desde los primeros pasos de su labor profesional. Eso es lo que, a mi parecer, explica su meteórico y prestigioso re-corrido inicial: premio extraordinario de carrera en 1954, y posterior doctorado, cátedra de Histología, Embriología y Anatomía Patológica, Vicerrector de Universidad, Deca-no de la Facultad de Medicina, para desembocar tras una profunda reflexión, en 1987, en dedicar sus esfuerzos a un nuevo y enorme panorama que se abría frente a él y, como auténtico pionero, se dispuso a hacerle frente. Era el campo poco explorado en España, en aquel entonces, de la Ética Médica, al que vislumbraba con la posibilidad real de vitalizar toda la acción médica. Ahí, en ese nuevo campo, descargó el enorme caudal de su ya ganado y abundante prestigio profesional, que le empu-jó, con energía ejemplar creciente, a esforzarse para hacer que se asumiera el lenguaje que la verdadera ética médi-ca pronuncia: vivificar las multivariadas facetas del hacer médico. Su enseñanza, que no conoció pausa, se acrecentó pro-digiosamente desde el Departamento de Humanidades y Ética Médica de la Universidad de Navarra, y se extendió al ámbito internacional: representó a España en la Aso- El Profesor Gonzalo Herranz: un pionero de la medicina Dr. Juan Llor Baños. Especialista en Medicina InternaHospital San Juan de Dios Semblanza