7 Entrevista > Victoria Camps ¿Qué responsabilidad tienen los poderes públicos en los cuidados? Lo dice muy bien una de las teóricas del cuidado más conocidas, Joan Tronto: la función de la política es detectar necesidades y repartir responsabilidades. ¿Cómo se deben de organizar los cuidados? No creo que pueda hablarse de modelos fijos, válidos para todos los tiempos y en cualquier circunstancia. El cuidado de los niños está bastante bien organizado, a pesar de la insuficiencia de guarderías para los más pequeños. El cuidado de los mayores dependientes plantea muchos problemas. Y también el de los discapacitados. En líneas generales, habría que encontrar formas de atender las necesidades propias del envejecimiento con fórmulas que se alejaran lo menos posible de la permanencia en el propio hogar. Muchas residencias están en las antípodas de ese propósito. ¿Por qué cuando se habla de “cuidar” siempre pensamos en la familia y nos imaginamos a una mujer? ¿Cómo se puede cambiar esa realidad? Lo imaginamos porque siempre ha sido así, siempre ha habido una división del trabajo que ha dado por supuesto y no ha discutido que los hombres se dedican a la producción y las mujeres a la reproducción. Afortunadamente esa división ya no se sostiene, y de la misma forma que el trabajo erróneamente llamado “productivo” se ha repartido entre hombres y mujeres, hay que repartir también el trabajo que tiene que ver con la vida reproductiva. ¿Todo el mundo es capaz de cuidar? Absolutamente. Sólo se trata de querer hacerlo. ¿Son los cuidados remunerados menos solidarios? No. La remuneración del cuidado es necesaria para complementar un trabajo que no puede abandonarse en su totalidad a la buena voluntad de los individuos. Cuidar es una actividad que procede del afecto, cuidamos a las personas que nos son más próximas porque las queremos, pero cuidar es duro y exige mucho tiempo, por eso hay que atender a la necesidad de cuidados también desde una perspectiva social. ¿Qué cuidados son los más necesarios? No sabría decir cuáles, lo obvio es que necesita cuidados el dependiente, en mayor o menor medida según sea el grado de dependencia. Conseguir que esa dependencia la supere el propio individuo, ayudándole a hacerlo, debiera ser el objetivo salvo en los casos en que eso ya es imposible. ¿Qué opinión le merecen los cuidados paliativos? Los cuidados paliativos constituyen uno de los grandes progresos de la medicina, incluso cuando el alivio del dolor o el sufrimiento por medio de los paliativos acelera la muerte. No ha sido fácil llegar a esa conclusión, pero se ha ido logrando. A diferencia de lo que algunos piensan, creo que han sido los cuidados paliativos los que nos han permitido llegar a la ley de eutanasia que tenemos. ¿Ayudar a morir es una forma de “cuidar”? Sin duda. Quizá la forma más difícil. Lo expresa admirablemente el relato de Tolstoi, La muerte de Ivan Illich, donde el que mejor cuida a Ivan Illich es el criado que se limita a estar con él, acompañarle y aliviarle el dolor en lo que está en su mano hacer. ¿Cómo hay que acompañar a los mayores para preservar su dignidad? Hay que partir de la desigualdad que supone tener que cuidar a alguien. La relación entre quien cuida y la persona cuidada no es simétrica. Lo único que se puede hacer para corregir esa asimetría que puede ser humillante es actuar “con cuidado”, por redundante que parezca. Actuar con cuidado significa, a mi modo de ver, tener en cuenta la singularidad de la persona que necesita ayuda, sus deseos, sus caprichos, su manera de ser, y atenderlos en la medida de lo posible. ¿Son los cuidados algo bueno que nos va a dejar la pandemia? La pandemia debería estimular la necesidad de reflexionar y poner en marcha las mejores formas de cuidar. Se ha puesto de manifiesto que el cuidado de los mayores dependientes ha sido el peor atendido. Tratar de corregir las deficiencias debería ser una de las primeras obligaciones postpandemia con respecto a los cuidados. ¿Somos ahora más solidarios, más “cuidadores” los unos de los otros? Lo hemos sido durante la pandemia. Nos hemos dado cuenta de que somos más interdependientes de lo que creíamos y que nos necesitamos mutuamente. ¿Durará esa actitud? Sólo si queremos que dure. Es una cuestión de voluntad. • “Los cuidados paliativos constituyen uno de los grandes progresos de la medicina” “Cuidar es una actividad que procede del afecto”