29 Reflexiones éticas en torno a la donación de órganos > Dr. José Manuel Álvarez Avello Reflexiones éticas en torno a la donación de órganos España tiene la mejor tasa de donación de órganos sólidos del mundo. Es referencia inter-nacional en donaciones y trasplantes. Desde hace 30 años, la meritoria labor de la Organización Nacional de Trasplan-tes, ha sido un factor determinante en la consecución de estos logros, y el beneficio aportado a miles de pacientes trasplantados es incuestionable. “En la donación y el trasplante de órganos convergen casi todos los problemas éticos de la medicina”1. Es interesante profundizar en estas palabras de Diego Gracia. La bioética nace en la segunda mitad del siglo XX para valorar, enjuiciar y poner límites a un avance biomédico y tecnológico que se creía capaz de volverse en contra de lo constitutivo, lo pro-pio, y lo bueno para el ser humano. Tal vez esta coincidencia contribuyó a consolidar en la me-dicina de la donación unos sólidos pilares y requisitos éticos y legislativos que la vertebran y sustentan: el altruismo, la voluntariedad, la gratuidad y la equidad, así como una ade-cuada información que culmina con la autorización y el con-sentimiento informado. El importante desequilibrio entre la oferta y la demanda de órganos ha propiciado la necesidad de ampliar las formas en las que se realiza hoy día la donación. Algunas decisiones se toman en vida de pacientes que no poseen suficiente ca-pacidad de autogobierno y ciertas actuaciones destinadas a la preservación de los órganos se llevan a cabo de manera representada. No todas las formas de donación y trasplante tienen las mis-mas implicaciones. El debate bioético podría correr el riesgo de quedar eclipsado por impactantes titulares de prensa, récords y datos numéricos que, en cierta medida, difuminen su consideración moral reduciéndola a una sencilla premi-sa: “si es trasplante, es bueno y éticamente adecuado”. Se induciría así al error de considerar la donación de órga-nos como una obligación moral, un imperativo ético que su-geriría que la existencia vital de un posible donante quede sometida al futuro beneficio del receptor y de la sociedad que esperan un bien sobre éste. Este hecho conllevaría a rebajar el valor de la vida del donante. La donación ha sido y debe seguir siendo un acto que está más allá del deber. La pregunta planteada en los orígenes de la medicina tras-plantadora debe ser, en definitiva, constantemente actua-lizada. Es importante mantener una actitud y una visión crítica que permita, sin poner en tela de juicio lo logrado, profundizar en el debate y las dificultades éticas que se planteen. Este camino es necesario para fortalecer, con fi-delidad al acto médico, la confianza que la sociedad ha de-legado en la medicina2. • “En la donación y el trasplante de órganos convergen casi todos los problemas éticos de la medicina” Dr. José Manuel Álvarez Avello – Anestesiólogo e intensivista en la CUN REFERENCIAS: [1] > Gracia, D. (2001). Trasplante de órganos: medio siglo de reflexión ética. Nefrología. 21 (s. 4) 15-29. [2] > Trasplantes en el Siglo XXI. Una reflexión interdisciplinar. Javier de la Torre (ed). 2018. Universidad Pontifica Comillas. Madrid.