42 Madrid Médico • Nº150 Julio 2021 HISTORIAS DE Bata y Fonendo Mariano Gómez Ulla lo sabía: “La anestesia medular es la anestesia del porvenir”. Y a eso dedi-có su vida el gran cirujano que nació en Santiago de Compostela en 1877, pero vivió en el nú-mero 12 del Paseo de la Castellana, en Madrid, dónde murió en 1945. Hoy un bello bajorrelieve en la fachada le rinde homenaje. Opositó al Cuerpo de Sanidad Militar y fue destinado al Hospital Militar de Carabanchel, y en 1912 fue nombrado por el gobierno español observador con rango de agregado militar en la Primera Guerra Mundial. Visitó el frente alemán y sobre todo el francés, donde operó con eminentes cirujanos. En 1915 fue comisionado, a las órdenes del embajador de España en Berlín, para inspeccionar los campos de prisioneros en Alemania. En 1916, tras la petición del Káiser al rey Alfonso XIII, fue a inspeccionar los campos de oficiales alemanes prisioneros en Francia. En agosto de 1917 ascendió a comandante pero siguió estudiando los servicios sanitarios de los dos bandos beli-gerantes. Analizó las organizaciones quirúrgicas y las evacuaciones desde la primera línea hasta la re-taguardia. Diseñó los Hospitales Quirúrgicos de Campaña y los Hospitales Quirúrgicos de Montaña, transportables a lomo de mulos. En la guerra de África disminuyó los tiempos asistenciales y quirúrgicos y salvó miles de vidas. La guerra civil sorprendió a Gómez Ulla en Madrid, donde instaló el quirófano bajo el lucer-nario del Hotel Palace, para hacer frente a los frecuentes cortes de luz. Sus discípulos publicaron grandes series de intervenciones practicadas con anestesia raquídea desde 1913, con modificaciones sobre el anestésico a utilizar, que culminaron en la obtención de “ampollas Raqui”, con estovaína y sulfato de estricnina en vehículo acuoso hipertónico (Fórmula Gómez Ulla-Cambronero). En 1919 Gómez Ulla había efectuado 1200 intervenciones infradiafragmáticas con anestesia raquídea, con la ayuda de sus ayudantes y el farmacéutico militar Cambronero. En su trabajo “Inconvenientes reales y contraindicaciones de la anestesia medular” expuso que los problemas de la técnica se solventarían con la experiencia, y terminaba con estas palabras: “Para nosotros no hay duda alguna, la anestesia medular es la anestesia del porvenir”. Dos años después, su colega y amigo Fidel Pagés, al que me referí en el último artículo, publi-có Anestesia Metamérica, base de la epidural. Pagés, con experiencia en raquianestesia y que conocía los trabajos de Gómez Ulla, logró no penetrar el espacio subdural, y salvar los incon-venientes de la anestesia raquídea. • Dr. Roberto Pelta – Alergólogo. – Socio de Número de la Asociación Española de Médicos Escritores y Artistas. – Historiador de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica. Un médico militar, precursor de la raquianestesia Mariano Gómez Ulla 42