33 CUIDADOS PALIATIVOS > Dr. Juan Carlos Sanz Moreno – 1. La sociedad debe estar bien informada. Morir es tan común y relevante que todos los ciudadanos deben tener la información disponible sobre sus implicaciones y sobre el acceso a la medicina paliativa. Hoy en día triunfan las experiencias divulgativas en las escuelas e institutos y la implicación del vecindario en proyectos de barrios y ciu-dades compasivas. – 2. Los pacientes deben ser autónomos en sus decisiones, pero han de estar bien informados y asesora-dos. Esto requiere una especial implicación de los médicos en comunicar no solo el diagnóstico y el pronóstico, sino las opciones de tratamiento. Un buen médico dirá la verdad a su paciente, pero también le indicará el o los caminos que evitarán el sufrimiento. La ayuda temprana del médico en la toma de decisiones se conoce como planificación anticipada del cuidado, y hoy en día están bien definidas las intervenciones para realizarla. – 3. Las familias tienen que estar bien prepara-das ante la enfermedad. Es preciso avanzar en medi-das de conciliación familiar y laboral que permitan que un paciente en proceso de morir pueda compartir suficiente tiempo y ser cuidado por sus familiares. La falta de cuidadores válidos y libres de otras cargas es uno de los principales motivos de ingreso hospitalario y posiblemente es el elemento que más influye en la pérdida de calidad de vida de los pacientes. – 4. Los médicos deben aprender cuidados paliativos desde su formación de grado, pero todavía hay un gran camino por recorrer en este campo. De las 8 facultades de Medicina de Madrid, solo una tiene una asignatura obliga-toria específica de medicina paliativa. Este mismo proble-ma acecha a otras profesiones sanitarias. – 5. La atención paliativa en el ámbito comunita-rio es la clave del éxito. Esta responsabilidad recae en la Atención Primaria y en los centros residenciales cuyos médi-cos han de estar capacitados y cumplir con lo estipulado en la cartera de servicios, y tienen que contar con los recursos suficientes para garantizar la atención más básica. – 6. Hay que garantizar una accesibilidad universal desde cualquier punto geográfico y en cualquier momento a unos cuidados paliativos de calidad. Para ello se requiere la implicación de los Servicios de Urgencia intra y ex-trahospitalarios. En este ámbito la Comunidad de Ma-drid es pionera gracias al dispositivo Pal24 integrado en el sistema de coordinación de urgencias 061-112. – 7. Es necesaria la implicación de todas las es-pecialidades médicas. Prácticamente todos los médicos tienen pacientes con enfermedades progresivas e incura-bles que limitan el pronóstico vital. Cuando la muerte se aproxima, ningún médico debe aban-donar a su paciente. La medicina ha previsto para estos casos la responsabilidad compartida que permite al pa-ciente contar al mismo tiempo con la atención de su mé-dico de familia, su especialista (por ejemplo) de oncología, y su médico de cuidados paliativos. La atención temprana por parte de los equipos de cuidados paliativos ha demostrado una gran efectividad en la mejora de la calidad de vida. – 8. El acceso al nivel especializado en medicina paliativa es imprescindible para más de la mitad de los pa-cientes. Existen situaciones complejas que precisan de la intervención de profesionales especializados en medicina paliativa. Estos profesionales actúan de tres maneras: en el domicilio (Equipos de Soporte ESAD), como intercon-sultores en el hospital (equipos de soporte ESH) o en unidades con camas. – 9. Hay que asegurar un número suficiente de ca-mas hospitalarias en unidades de cuidados paliati-vos (UCP). Se estima que es necesario tener entre 80 y 100 camas por millón de habitantes. Estas camas pueden estar ubicadas en hospitales de tercer nivel o en hospita-les de media estancia. – 10. Finalmente, es un deber de la Administración or-denar y acreditar adecuadamente la profesión de médico paliativista. España es prácticamente el único país de Europa occidental que no ha dado este paso. Los Servicios Públicos de Salud deben crear la oportuna cate-goría profesional y establecer sistemas de selección basa-dos en requisitos y méritos contrastados. Morir es complejo. Acompañar a los pacientes para que lo hagan sin sufrimiento, sin dolor y sin padecimientos añadi-dos, es una obligación para la profesión médica. Hagámos-lo posible entre todos. • ¿Cómo responder a esta demanda? ¿Cuál es el modelo adecuado de atención? ¿Cómo está la situación? Veámoslo en 10 puntos. Dr. Javier Rocafort – Director Médico, Fundación Vianorte-Laguna – Profesor de Cuidados Paliativos, Universidad Francisco de Vitoria.