¿ Sexo y género: la responsabilidad de defender la ciencia Se han descrito parámetros asociados al sexo que modifican la gravedad y mortalidad del COVID Es lo mismo “sexo” que “género”? La OMS consi-dera que no: “el sexo se refiere a las características biológicas que definen a los humanos como hem-bra o macho” y “el género se refiere a las caracterís-ticas sexuales (…) que se construyen socialmente. Esto incluye normas, comportamientos y roles aso-ciados con el hecho de ser una mujer o un hombre, una niña o un niño, así como las relaciones entre ellos (…); varía de una sociedad a otra y puede cambiar con el tiempo”[1]. Los investigadores y las instituciones pro-ponen guías para que la ciencia no se vea alterada por ideologías, presiones mediá-ticas o sociales, moral, religión o intereses económicos[2] y abogan por analizar los datos por sexo, género o por ambos[3]. Los National Institutes of Health (NIH) de Estados Unidos han indicado que se emplee sexo como atribución biológica y género como psicosocial[4]. Variables distintas Sexo y género son variables distintas y tenemos la responsabilidad de atender-las de manera diversa e inclusiva. De-fender que hombres y mujeres somos iguales es necesario desde una perspec-tiva moral y social, pero es inaceptable desde una perspectiva biomédica. La organización de un sistema sanitario o de investigación que no tuviera en cuen-ta la diferente morbilidad, pronóstico y respuesta a tratamientos según sexo y género, caería en graves errores y crea-ría sesgos. Las diferencias debidas al sexo son in-munes a cualquier ideología o interés sociocultural, porque se rigen por paráme-tros biológicos[5]. Un artículo reciente en Science, liderado por autores españoles[6], muestra que el sexo influye en la expresión génica en todos los te-jidos humanos y condiciona, entre otros aspectos, la respuesta a la medicación o el porcentaje de grasa corporal. Suponer que hombres y mujeres están presionados y afectados por las mismas variables socioculturales, puede facili-tar un sesgo en la investigación o en la práctica clínica. Los roles, estereotipos y mandatos de género, crean variables que influyen en la salud de las perso-nas (dominancia-sumisión, poder-éxito, sobrecargas laborales y/o psicosociales, exigencias estéticas de belleza-fuerza, etcétera). Un ejemplo cercano lo tenemos en la infección y evolución de la pandemia de COVID-19[7]. Además de las variables bio-lógicas, se han descrito parámetros aso-ciados al género que modifican la grave-dad y mortalidad, como el menor lavado de manos, fumar y beber, el rechazo al aislamiento social, las obligaciones socia-les, el estrés psicológico, la baja calidad de vida y el menor nivel socioeconómico. REFERENCIAS: [1] > www.who.int [2] > Howard L, et al. Gender-neutral mental health research is sex and gender biased. Lancet Psych 2016; 4: 9-11. https://doi.org/10.1016/S2215-0366(16)30209-7 96. [3] > Clayton J, Tannenbaum C. Reporting sex, gender, or both in clinical research? JAMA. 2016; 316: 1863-4. https://doi.org/10.1001/jama.2016.16405 [4] > https://orwh.od.nih.gov/sex-gender [5] > Legato M, Johnson P, Manson J. Consideration of sex differences in medicine to improve health care and patient outcomes. JAMA. 2016; 316: 1865-6. https://doi.org/10.1001/jama.2016.13995 Madrid Médico • Nº147. Abril 2021 20