“Salmón vegano”, “atún 100% vegetal”… Los sustitutos del pescado elaborados a base de vegetales están cada vez más presentes en el mercado. Estos productos despiertan muchas preguntas: ¿de qué están hechos?, ¿son saludables?, ¿equivalen al pescado?, ¿por qué tratan de imitar a ese alimento? odo comenzó con la bebida de soja. Fue uno de los productos que primero se popularizó entre las personas veganas para tratar de sustituir a un alimento de origen animal, en este caso, la leche. Con el paso del tiempo la realidad ha cam-biado sustancialmente. Hoy esa bebida es mu-cho más popular y ya no se vende solo en tiendas especializadas, igual que ocurre con otras similares que llegaron después (al-mendra, arroz, avena...). Todas ellas fueron la carta de presenta-ción de una nueva tendencia cada vez más extendida en el mer-cado: las alternativas vegetales a los productos de origen animal. La mayoría de las personas veganas no deja de comer productos animales porque no le guste su sabor, sino por motivos éticos: pa-ra tratar de evitar el sufrimiento y la explotación animal. De ahí la razón de ser de este tipo de productos, que tratan de suplir a los T ¿El pescado es imprescindible? ¿El pescado es imprescindible? Es un alimento interesante desde el punto de vista nutricional: aporta proteínas de calidad y otros nutrientes valiosos, como vitaminas, ácidos grasos omega 3 y diferentes minerales, como yodo, magnesio, selenio o calcio. La proporción en la que se encuentran estos nutrientes depende del tipo de pescado; por ejemplo, el azul contiene más cantidad de grasa y de ácidos grasos omega 3 que el blanco. También influyen otros factores, como la forma de consumo; por ejemplo, el aporte de calcio es significativo si comemos el pescado entero, con espinas, como ocurre con las sardinas en conserva. En cualquier caso, el consumo de pescado no es imprescindible. Se puede seguir una dieta saludable sin incluir este alimento en el menú. Eso sí, es importante tenerlo en cuenta para obtener esos nutrientes a partir de otros productos. Por ejemplo, las legumbres son una buena fuente de proteínas. Podemos encontrar proporciones significativas de ácidos grasos omega 3 en alimentos como nueces, semillas de lino o aceite de colza.