Ese “lo que me pasaba” tiene un nombre: Erika sufre de esofa-gitis eosinofílica (EoE), una enfermedad crónica del esófago que se produce por una alergia, habitualmente a componentes de la dieta. No es una patología que se estudie en los libros de Medici-na; curiosamente, nos encontramos ante una enfermedad cuyos primeros casos se observaron en los años ochenta, pero que hoy es cada vez más habitual. “La esofagitis eosinofílica se describió en 1993, inicialmen-te como enfermedad rara, pero los casos han ido aumentando y salud Alimentos en el punto de mira Una respuesta exagerada. Esta enfermedad crónica consiste en una respuesta inmune ante el contacto de algunos alimentos con la mucosa del esófago. El gluten, los lácteos, el huevo y las legumbres son los principales disparadores. Sigue leyendo Alimentos en el punto de mira Los alimentos que se han identificado como disparadores son, fundamentalmente, el gluten y los lácteos, pero también el huevo y las legumbres. Por eso, uno se pregunta por qué estos alimentos, que se han tomado desde el neolítico, se han dejado de tolerar en los últimos 40 años. “La relación que tenemos con la comida ha dejado de ser artesanal para ser producida, procesada, industrializada”, señala Alfredo Lucendo. Cita como ejemplo la leche: “Ha dejado de hervirse, ahora se pasteuriza, y eso puede haberla hecho más alergénica. De hecho, en una investigación que hemos llevado a cabo se ha visto que dos de cada tres pacientes con esofagitis eosinofílica toleran sin problemas la leche hervida, pero no así la ultrapasteurizada (UHT), que requiere tiempos de tratamiento muy cortos”. Otro aspecto importante es que hay una relación de doble sentido: por una parte, leche, gluten, legumbres y huevos son el detonante de la enfermedad en personas sin historial de alergias; pero, al mismo tiempo, “el principal factor de riesgo de padecer la enfermedad es tener antecedentes de alergias alimentarias, así como enfermedades como el asma o la rinitis”, explica el doctor.