también en la Administración. “Algunas comunidades autóno-mas han empezado a interesarse y promover el cohousing, apo-yando con una nueva legislación este novedoso modelo de vida, cediendo terrenos y autorizándolo como centro de servicios sociales”, apunta Félix Martín. Actualmente, Hispacoop tiene registradas 10 comunida-des en funcionamiento en España y una veintena en distintas fases de desarrollo. La mayoría de estos proyectos están ubi-cados en entornos rurales, cercanos a las ciudades, donde la adquisición de terrenos resulta más económica. Sin embargo, también existen comunidades en urbes como Málaga, Huelva y Valladolid. “Se está extendiendo en España como una so-lución que se plantea la población mayor para poder decidir ellos mismos cómo y con quién quieren vivir el resto de sus vidas, evitando así la soledad o el ser una carga para sus hijos. Apuestan por un envejecimiento activo en compañía de sus amigos”, apunta el secretario general de Hispacoop. Cómo se accede y cuánto cuestan. El cohousing es un tipo de comunidad en la que las personas vi-ven juntas en un mismo lugar, pero en vez de ser propietarios de sus viviendas, comparten el uso de las mismas a través de un acuerdo cooperativo. En la mayoría de comunidades, cada miembro tiene un voto y participa en la toma de decisiones so-bre cómo se administra y se utiliza el espacio compartido. Para participar en estas viviendas colaborativas lo mejor es integrarse en una cooperativa desde el principio, para así invo-lucrarse en la concepción del proyecto y en su desarrollo. Tam-bién es posible adquirir un derecho de participación de una co-munidad ya existente cuando uno de sus miembros renuncia. Los residentes contribuyen económicamente al proyecto mediante un pago inicial para ingresar y una renta mensual destinada a cubrir los gastos de suministros y servicios. ¿Cuán-to cuenta acceder? No hay un precio estándar, ya que cada pro-yecto es independiente en términos de costes y servicios que ofrece, por lo que depende de factores como el valor del terre-no o el tipo de construcción, lo que determina en gran medida la cuota de ingreso. En general, los precios oscilan entre los 100.000 y los 250.000 euros. Las cuotas mensuales también varían y pueden ir desde los 350 euros hasta los 900 euros. Esa cantidad cubre tanto los gastos individuales –calefacción, agua y electricidad– como los servicios comunes que subcontratan, por ejemplo, jardinero, limpieza, comedor, lavandería o monitores de entretenimiento. Una vivienda regulada. En la gran mayoría de las comunidades autónomas, la forma jurídica principal utilizada por los cohousing es la cooperativa de consumidores y usuarios. Por ello, los aspectos jurídicos y fiscales que les afectan son los propios de una cooperativa, en base a la ley de cooperativas de su región. El Plan Estatal para el Acceso a la Vivienda 2022-2025 ya reconoce esta modalidad residencial, pero es responsabilidad de las comunidades autó-nomas el dotarlas de presupuesto. “El resultado ha sido que no todas han optado por este modelo de vida. Tan solo Andalucía, Asturias, Canarias, Cantabria, Galicia y Valencia han dotado al programa de presupuesto”, denuncia Martín. Sin contar con el respaldo de la Administración para la pro-moción, el cohousing se convierte en un modelo costoso. Adqui-rir (y localizar) el terreno adecuado es uno de los principales obstáculos. Según Hispacoop, las viviendas colaborativas ac-tualmente en funcionamiento están conformadas en su mayo-ría por personas con recursos económicos. Pero hay esperanza. Un mayor conocimiento del cohousig es-tá haciendo cambiar de parecer a algunos ayuntamientos, que empiezan a ser más flexibles a la cesión de suelo público para estos proyectos. Especialmente los consistorios de las pobla-ciones pequeñas “están viendo en las viviendas colaborativas una oportunidad de asentamiento de población y posibilidades de creación de empleo”, destaca Martín. En ausencia de suelo público, la alternativa es adquirirlo a propietarios privados. Para facilitar este proceso, hay empresas que brindan asesoramiento y acompañamiento integral, desde el estudio de viabilidad y las reuniones informativas iniciales hasta la constitución de la cooperativa, la búsqueda de finan-ciación, la adquisición del suelo, la construcción, la obtención de permisos y la gestión del complejo una vez en funciona-miento. Estas empresas pueden contar con suelos disponibles y actuar como gestoras de cooperativas de vivienda, ofreciendo proyectos llave en mano. Desde Hispacoop señalan que el periodo medio de madura-ción de un proyecto de cohousing es de unos 10 años, necesarios para trabajar la cohesión del grupo. “La comunidad de perso-nas tiene que decidir sobre innumerables asuntos, tanto jurídi-cos y arquitectónicos como sociales. Todas estas decisiones se tienen que tomar consensuando posiciones, aceptando las de otros y aportando soluciones propias. Cuanto mejor se trabaje, más se debata, más cohesión de grupo habrá”, reflexiona Mar-tín. Antes de dar el paso hay que sopesar los pros y los contras: por descontado, no todas las personas pueden adaptarse a este modelo de convivencia. Cómo se puede salir. Depende de la cooperativa. Lo habitual es que cuando un socio abandona, se le reembolsa la aportación que hizo para la com-pra y construcción del cohousing. Los estatutos regulan cómo se le devolverá esa cuantía. De esta forma, el nuevo socio deberá abonar el importe que la cooperativa tenga fijado para acceder, que viene a ser similar al que se ha abonado al socio saliente. Esa cantidad también pueden actualizarse, pero eso dependerá de cada comunidad. En caso de fallecimiento, también depende de lo que se indi-que en los Estatutos. En algunos casos los herederos no tienen derecho a esa propiedad, que vuelve a la cooperativa. En otras sí sería posible traspasar la vivienda mediante herencia o ven-diendo el derecho a través de la comunidad. Y es que cada co-housing tiene sus propias reglas y estatutos. Sigue leyendo Si quieres conocer qué comunidades están actualmente en funcionamiento o en desarrollo, puedes accecer a la web de Hispacoop. Pinche aquí