El segundo, Energía, examina la transición energética y sus implicaciones paisajísticas, con un enfoque en la generación eólica e hidroeléctrica en la costa atlántica del noroeste. Esta investigación ha sido realizada por Estar, formado por Aurora Armental y Stefano Ciurlo, en colaboración con el fotógrafo Luis Díaz Díaz. El tercero, Oficios, investiga cómo desescalar la de- pendencia de tecnologías globales para recuperar inte- ligencias constructivas locales asociadas al uso de las tierras en el arco mediterráneo. En este caso, Anna y Eugeni Bach han liderado la investigación junto a la fo- tógrafa Caterina Barjau. El cuarto, Residuos, explora estrategias de recupe- ración, recirculación y reutilización de materiales des- cartados en la construcción, con un caso de estudio en el área metropolitana de Madrid. Al frente de la in- vestigación ha estado Lucas Muñoz, mientras que de la fotografía se ha encargado Ana Amado. Por último, Emisiones, aborda el ciclo completo del CO 2 a lo largo de la vida útil de un edificio, desde su ex- tracción hasta su demolición, con ejemplos de reducción de emisiones en las Islas Baleares. Esta investigación ha Los jardines de La Hoya (Almería). ©Fernando Alda Plaza y Oficina de Turismo de Piodão (Portugal). ©Frederico Martinho Ermita de San Juan de Ruesta (Zaragoza). © Iñaki Bergera A la izquierda, edificio de la Universidad de Vigo. A la derecha, propuesta de vivienda de madera y corcho. © José Hevia © Santos Díez La inspiración del océano El 13 de abril dio comienzo la Exposición Universal de Osaka (Japón). Bajo el lema “Dise-ñar la sociedad del futuro para nuestras vidas”, reúne a 160 países en la isla artificial de Yumeshima. La muestra está organizada como una densa trama urbana donde la mayor parte de las construcciones quedan circundadas por una inmensa estructura anular de madera -el Grand Ring-, obra de Sou Fujimoto Architects, en cuyo interior se alojan las secciones nacionales de la cita. El pabellón español, obra de Extudio, Enorme Studio y Smart&Green Design, tiene al océano, uno de los recursos más importantes del planeta, como fuente de inspiración e hilo conductor. En sus 3.500 metros cuadrados, el pabellón español ofrece a los visitan-tes una singular experiencia arquitectónica, abierta y acogedora. A diferencia de otros pabellones que apuestan por fachadas imponentes, el Pabellón de España se presenta como un paisaje que recibe al visitante con una plaza inspirada en el espíritu mediterrá-neo, que invita al juego, al descanso y al encuentro. Tras un suave escalonado que simula el oleaje del mar, se asciende hasta la antesala de la exposición; la plaza del sol, presidi-da por una pantalla led que ofrece siete piezas de videoarte, y tras esta “fachada digital”, propone un recorrido en rampa con una suave pendiente en descenso hasta llegar a la salida, situada a pie de calle y en conexión con el Grand Ring. El sistema constructivo apuesta por materiales naturales y de proximidad como la madera de cedro rojo japonés, por uniones sencillas ensambladas en seco y por el mane-jo de un único elemento para resolver distintos escenarios. De este modo, la madera se emplea en toda la estructura de pórticos, compuestos por un doble pilar en cada extre-mo y vigas en forma de T, que se repiten hasta cuarenta veces con distintas alturas para dar forma a los sucesivos volúmenes interiores del pabellón. La elección del material facilita su montaje y aligera el peso de la estructura para simplificar la cimentación en el terreno de la isla artificial. Así, el edificio tiene una huella medioambiental casi nula que, como el propio ciclo del agua, ejemplifica un proceso continuo que prevé la reutilización futura de sus componentes, así como la incorporación de material reciclado.