modificar eventualmente la ley de momentos flectores de las viguetas). Disposición de los colectores en zanjas Los tubos se apoyarán en toda su longitud sobre un lecho de material granular, preferiblemente arena, y en su caso, gravilla o tierra exenta de piedras de granulo- metría media o superior. Se compactarán los laterales y se dejarán al descubierto las uniones hasta haberse realizado las pruebas de estanqueidad. La base de la zanja, en caso de que se trate de terre- nos poco consistentes, será una cama de hormigón en toda su longitud. Según DB-HS-5, el espesor de este hormigón será de 15 cm y sobre él irá el lecho descrito anteriormente. En caso de tuberías no plásticas (fundi- ción, hormigón y gres), la cama de apoyo de hormigón se interrumpirá o rebajará reservando unos nichos en la zona donde irán situadas las juntas de unión. Una vez situada la tubería, se rellenarán los flancos para evitar que queden huecos y se compactarán los la- terales hasta nivel del plano horizontal que pasa por el eje del tubo, procediendo a comprobar que en esta ope- ración no se dañan los colectores. Se proseguirá el relle- no, por tongadas de 15-20 cm de espesor (dependien- do de la naturaleza de la tubería y la altura de la zanja), compactando hasta 30 cm del nivel superior en que se realizará un último vertido y la compactación final. Pruebas y mantenimiento de esta unidad constructiva •Una vez ejecutada la instalación se efectuará una prueba de estanqueidad, para lo cual se controlará la totalidad de las uniones, entronques y derivaciones, en arquetas y colectores. Se pueden llevar a cabo pruebas parciales, por tramos significativos o, por el contrario, una comprobación única del total de la red. Para estas pruebas, pueden usarse como fluido de comprobación el agua, aire o humo; para cualquiera de esos métodos, se taponarán todos los terminales de tuberías y arque- tas que queden libres o en el extremo del área de com- probación. El procedimiento de taponamiento debe ser suficientemente estanco, pudiéndose utilizar sistemas de cierre neumático o mediante la introducción de al- gún material revestido y sellado en su perímetro. La prueba con aire se realizará sometiendo la red a una presión entre 0,5 y 1 bar. Esta prueba se con- siderará satisfactoria cuando la presión se mantenga constante durante tres minutos. La prueba con agua se podrá realizar con o sin pre- sión. La presión a la que debe estar sometida cual- quier parte de la red no debe ser inferior a 0,3 bar ni superar el máximo de 1 bar. Las pruebas sin presión consistirán en llenar la red hasta inundar totalmen- te la sección de los colectores, marcando el nivel de agua alcanzado en cada una de las arquetas que exis- tan, y esperando 30 minutos para comprobar si existe bajada de dicho nivel o no. La prueba (en cualquiera de las dos variantes) se dará por terminada solamente cuando en ninguna de las uniones se acuse pérdida de agua. La prueba con humo debe realizarse con un pro- ducto que genere un humo espeso y que, además, tenga un fuerte olor. Puede ser conveniente y útil uti- lizar este método cuando la red esté ya en servicio. La introducción del producto se hará por medio de máquinas o bombas y se efectuará por la parte baja de la red, después de haber llenado con agua los sifo- nes que pudiera haber. Cuando el humo comience a aparecer por la parte más alta de la red, se taponará esta, a fin de mantener una presión de gases de 250 Pa. La prueba se considerará satisfactoria cuando no se detecte presencia de humo y olores. •Con relación al mantenimiento y conservación, lo más importante es tener en cuenta qué tipos de fluidos o elementos se echan a esta instalación. Por ello, se cuidará que no se viertan aguas conteniendo detergen- tes no biodegradables, que formen apelmazamientos o bolas, aceites, colorantes permanentes o sustancias tóxicas. Tampoco se evacuarán materiales que puedan romper o dañar las tuberías (especialmente los codos), así como otras que bloqueen u obstruyan el sistema. Se vigilará, allí donde existan sifones, que hay perma- nentemente agua en los cierres hidráulicos. Para un co- rrecto funcionamiento de la instalación de saneamien- to, se debe comprobar periódicamente la estanqueidad general de la red con sus posibles fugas, la existencia de olores y el mantenimiento del resto de elementos. Se revisarán y desatascarán los sifones y válvulas, cada vez que se produzca una disminución apreciable del caudal de evacuación o haya obstrucciones. En caso de existencia de fugas, se procederá a la localización y posterior reparación de sus causas. Cada seis meses, se limpiarán los sumideros, el se- parador de grasas y fangos si este existiera. Una vez al año, se limpiarán las arquetas sumidero y el resto de posibles elementos de la instalación, tales como pozos de registro o bombas de elevación. Cada 10 años, se procederá a la limpieza de las arquetas de paso, a pie de bajante o sifónicas (o antes de que se aprecien olores). Es conveniente indicar en el libro de uso y manteni- miento del edificio que no deben verterse a la red ma- teriales de desecho no biodegradables y cualquier otro que pueda obstruir la instalación. PROFESIÓN / MUSAAT REFERENCIAS FUNDACIÓN MUSAAT IMÁGENES AUTOR Calle del Jazmín, 66 - 28033 Madrid www.fundacionmusaat.musaat.es Carretero Ayuso, Manuel Jesús (Fig.: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7 y 8) Manuel Jesús Carretero Ayuso COLABORADOR Alberto Moreno Cansado BIBLIOGRAFÍA Y NORMATIVA CTE/DB-HS-5 NTE-ISS CONTROL: ISSN: 2340-7573 Data: 17/b5º Ord.: 26 Vol.: I Nº: Is-2 Ver.: 1 NOTA: los conceptos, datos y recomendaciones incluidos en este documento son de carácter orientativo y están pensados para ser ilustrativos desde el punto de vista divulgativo, fundamentados desde una perspectiva teórica, así como redactados desde la experiencia propia en procesos patológicos. © del autor. © de esta publicación, Fundación Musaat. Observación: en este documento se incluyen textos de la normativa vigente.